¿Problemas?

Cuanto hace que alguien me pregunta ¿Cómo estas? y yo automaticamente responda a "Mal, tengo un problema". O llamar a mi viejo -aunque sepa que no sirve mas que de insulto y degradación a mi persona- y decirle "Viejo, tengo un problema".
¿Será por eso que cualquier melancolía es buena para sentirme mal?
Jamás hay que esperar nada de nadie asi jamás uno se descepciona.
Como pasa el tiempo, como pasan los momentos, como hay veces en los que nos gustaria volver atrás, donde pudimos capturar la felicidad en una simple foto y poder cerrar los ojos y disfrutar un puñado de esos segundos.
Ahora recuerdo esos momentos como un todo. Como una nebulosa gris, donde se ve todo borroso, por mas que esfuerce la visión. Tiempo sin tiempo, donde la nada me lleva a lo todo. Cosas sin espacio ni lugar, que sin embargo, frecuentan nuestra débil consciencia.
Ahora, donde parece que tengo todo lo que siempre quise, donde es cada vez mas dificil encontrar esas sorpresas que nos alegran los dias, y donde todo es fácil y despreocupante (¿Existe esa palabra?).
¿Donde estará toda esa gente que pasó por nuestra vida? ¿Sentirá lo mismo que yo -al menos- en algún momento del año?
Intento contar cuantos bares hemos cerrado, cuantas noches hemos pasado desvelados sin recordar que fue lo que incentivó a juntarnos y cuantos momentos vividos. Cuantas noches tomamos desiciones que han cambiado el curso de nuestra historia, y que muchas otras hemos olvidado -o querido olvidar- bajo las frias gotas de una cerveza caliente.
Intento recordar esa melodía que todavía me saca emociones, que me calma, como si fuera una canción de cuna retro de los años 80. Intento recordar esa nota que, como una espina, quiero dilucitar en mi oreja izquierda.
Esos sueños que han quedado en el camino, como un intento desesperado por cambiar un destino que parece no querer ceder en ninguno de los frentes. Luces trasnochadas que al apagarse nos dejan todavía más solos.
Intento recordar que fue lo que vi, al mirar fijo tus ojos; cuando me sonreiste, y no logro recordar ese sentimiento que me transmitiste, pero es cierto que he aprendido a vivir con tus besos; he aprendido a saborear tu suave densidad y oler tu humedad. Intento recordar cuando fue que pasaste a ser mas que una persona, y te convertiste en un final, cuando todos mis sueños se hacen realidad, y la única que está -y quiero- a mi lado, eres tú.
No olvido recordar cuando Tom y Jerry me hacian reir, cuando fue la última vez que imaginé formas en las nubes, cuando escribía mi nombre en la sopa de fideos o me imaginaba mil historias y juegos para disfrutar conmigo mismo.
Cuando comenzó todo esto, que es lo que estoy buscando, que es lo que estoy recordando, que prefiero olvidar y que prefiero llorar, son mis únicos problemas actuales: Olvidar y recordar. Aunque he olvidado, el dulce sabor de mis lágrimas...

Palabras mas, palabras menos

Uno en la vida diaria, en lo cotidiano de los días, muchas veces deja de darle importancia a ciertas palabras cuyo significado es completamente único y especial. Y comienza a repetirlas por costumbre, a lo mejor sin darse cuenta del contenido sentimental que estas conllevan.
Muchas veces las palabras mas lindas y, por ende, las más dificiles de decir, se vuelven (con el correr de los meses), tan habituales que nos olvidamos de los sentimientos implícitos que hay detrás de ellas, y nos entregamos al simple al simple sonido periódico que provocan en nuestros oidos.
Cuando uno se enamora, pocas veces se detiene a pensar en el verdadero significado de amar, y en todas esas emociones abrumadoras que se producen en el corazón y que nos llevan a decirle a alguien te amo.
Lo decimos cuando ese amor es sincero, de esos que se siente en lo más profundo del corazón. Cuando es de esos que aunque esté dicho todos los días en especial, que no cambia con el tiempo, y que la distancia física no lo deteriora. Es un te amo sin tiempo y espacio (o si, el del mundo mágico que se genera entre las dos personas); un te amo cargado de ilusiones, de sueños y fantasías. Es un te amo puro, acompañado unicamente por unas ganas incontenibles de hacer feliz a la otra persona. Un te amo que nada ni nadie va a poder cambiar nunca, porque está aferrado a mi corazón con una fuerza inmensurable. Es un te amo tan inmensamente grande que no puede explicarse con palabras, simplemente porque estas van quedando cada vez mas cortas a lo que los sentimientos realmente quieren manifestar, y muy por el contrario, terminan desvirtuando las emociones hasta alejarlas de lo que verdaderamente queremos expresar. Un te amo que vive en una burbuja impenetrable, irrompible (o al menos así uno lo espera), reinada por dos personas que van a hacer hasta lo imposible (y más) por mantenerla sana y fuerte. Un te amo que va creciendo con cada mirada, con cada beso y con cada sonrisa. Un te amo que une a dos corazones privilegiados de (poder) tener y sentir el amor incondicional del otro.
Y un te amo que pase lo que pase nos va a seguir dando razones por las cuales vivir, sabiendo que esté donde esté ese te amo es y será solamente tuyo.

"Consideraba como una burla de su travieso destino haber buscado el mar sin encontrarlo al precio de sacrificios y penalidades sin cuento, y haberlo encontrado entonces sin buscarlo, atravesando en su camino como un obstáculo insalvable".
Tristán E Iseo

Encargo

Los textos nos sirven para acordarnos de momentos, de personas, de conversaciones, de sentimientos o simplemente como placebos que nos ciegan de esta terrible y dolorosa realidad. A veces nos hierven la sangre; muchas otras veces encontramos un placer ficticio (creo que está mal escrita), una comparación de sentimientos, una alegría pasajera al saber que alguien, allá afuera, es y sintió algo como nosotros. A veces nos hacen llorar porque nos hacen recordad ese momento trágico que quedó plasmado en un caudal de palabras sumergidas en emociones invariables con el pasar de los años.
Se puede decir que todo el tiempo aprovechamos para buscar sentimientos compartidos y los textos de esta índole abundan de tal manera que se podría decir que siento que la eternidad avanza dentro mio lentamente, con cada palabra leída. Y a su vez, mi mente que no es capaz de decir basta, aprovecha disfrutar de todo ese sentimiento de autodestrucción que algunos autores han podido plasmar en palabras. Espero le sirva a alguien, o no; como dije antes... ya todo me da igual.


No me des tregua, no me perdones nunca.
Hostígame en la sangre, que cada cosa cruel sea tú que
vuelves.
¡No me dejes dormir, no me des paz!
Entonces ganaré mi reino,
naceré lentamente.
No me pierdas como una música fácil, no seas caricia ni
guante;
tállame como un sílex, desespérame.
Guarda tu amor humano, tu sonrisa, tu pelo. Dálos.
Ven a mí con tu cólera seca de fósforo y escamas.
Grita. Vomítame arena en la boca, rómpeme las fauces.
No me importa ignorarte en pleno día,
saber que juegas cara al sol y al hombre.
Compártelo.
Yo te pido la cruel ceremonia del tajo,
lo que nadie te pide: las espinas
hasta el hueso. Arráncame esta cara infame,
oblígame a gritar al fin mi verdadero nombre.


París, 1951/1952
Julio Cortázar

Filosofía Entre Semana

"(...) Al igual que el tiempo, el espacio trae consigo el olvido; aunque lo hace desprendiendo a la persona humana de sus contingencias para transportarla a un estado de libertad originaria; incluso del pedante y el burguès hace, de un solo golpe, una especie de vagabundo. El tiempo, según dicen, es Lete, el olvido; pero también el aire de la distancia es un bebedizo semejante, y si bien su efecto es menos radical, cierto es que es mucho más rápido."

"La Montaña Mágica", Thomas Mann