Sitting Waiting Wishing



La teoría dirá que yo, tendría que haber nacido un 9 de Enero; fecha y anécdota que mi padre jamás se olvidará, ni dejará de contar. El día que nació un tal Jimmy Page. El día en que IBM presentó la primera calculadora de circuitos integrados. La teoría también diría que para esta edad yo debería de haber terminado la (una) carrera, debería de haberme insertado en el círculo social y, por que no, debería de ser un bien activo para el desarrollo humano y social.

Pero la teoría pocas veces puede ser llevada a la práctica. A la realidad. A veces inclusive, las cosas no salen como se planean ni funcionan como se espera que lo hagan. Se pueden analizar variables, establecer peligros, riesgos y contaminantes pero eso no quita que el camino se disfrute al caminar, que las fotos instantáneas tomadas en diversos momentos de la vida, sirvan para recordar y rememorar (y porque no incluso reírse) algún día, alguna vida.

¿Y de quién es la culpa de que la práctica sea distinta a la teoría?

¿De toda la expectativa con la que se cargan las cosas? ¿De ese positivismo que suele desprenderse de la raza humana? ¿De resultados adversos? ¿De una fé ciega e inerte?

Es por eso que hoy, día de mi nacimiento no oficial, quiero producir la muerte de Mr. X.

Nadie mas sabrá cosas de mi. Detrás queda una etapa de recuerdos, de verdades absolutas, de sentimientos encontrados que me han servido para que, paradojicamente, me pueda encontrar; textos con los que me he sentido identificado y gente que se ha sentido identifica con ellos. Atrás quedan archivos con escritos que jamás verán la luz, que (ya) nadie leerá, se emocionará o sentirá (quizá, con suerte) que no está sola en el mundo. Atrás quedará esa necesidad de escribir y liberar todo eso que alguna vez me ha oprimido el pecho. Atrás quedará mi deseo de transgredir los límites de la inmortalidad. Pero la reflexión es el camino hacia la inmortalidad (el famoso nirvana); la clave para la inmortalidad es principalmente vivir una vida que valga la pena recordar. Y eso fue justamente lo que esto quería yo conseguir: un baúl de recuerdos; lástima que, paradojicamente, se hizo difícil de transportar. Demasiada contaminación posee para seguir envenenándome con momentos del pasado que creo que (ya) son momento de dejar atrás. De no olvidar, pero de no tenerlos en el presente. Porque la nostalgia es eso que nos permite volver al pasado y ser felices aunque sea temporalmente; nos permite tomar la píldora mágica que da como resultado un mundo de fantasía al cual volver cuando nos sentimos mal y sentir placer desde el dolor. Pero para que eso suceda, tiene que convertirse en pasado, y siento que teniendo esto como presente, jamás pasará a ser un pasado alegre.

Nunca imaginé que el final de todo esto llegaría; coqueteé con él muchas veces si, pero siempre creí que eran momentos en los que quería dejar todo atrás y comenzar algo nuevo. En reiteradas ocasiones incluso imaginé el texto con el que concluir, con el que darle un final a esto, aunque se podría decir que, lo mas probable, es que nunca haya encontrado alguno tan bueno como para llevarlo a cabo. Y no, tampoco lo es este. Creí, que cuando llegue al final de lo que deba saber, estaré al principio de lo que deba sentir. Y hoy, quiero sentir. Renacer, sintiendo. Quiero dejar de lado todas las variables que manejan mi vida y sentir. El éxito resulta de la lucha contra los obstáculos. Sin obstáculos no hay verdadero éxito, y en la necesidad del esfuerzo, hallamos la fuente principal del progreso de cada uno de nosotros. Y creo que esta muestra de 338 obstáculos es suficiente para saber que el éxito, está; que se consiguió. Ha sido un camino duro y solitario (I've been alone for so many of the great moments in my life... Alone like so many) pero siento que finalmente, los he podido superar.

En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente; y ya es momento de dejar atrás el frío invierno y comenzar a vivir.

Me despido con una de esas preguntas que te marcan en la vida, de esas que te dejan pensando sin saber que decir; aunque a nadie le importe, aunque cuando (ya) hayan leído esto, ya sea demasiado tarde.

Al final, ¿Qué importa más: vivir o saber que se está viviendo?