Pensar

He pasado toda la noche sin dormir, viendo,
sin espacio tu figura.
Y viéndola siempre de maneras diferentes
de como ella me parece.
Hago pensamientos con el recuerdo de lo que
es ella cuando me habla,
y en cada pensamiento cambia ella de acuerdo
con su semejanza.
Amar es pensar.
Y yo casi me olvido de sentir sólo pensando en ella.
No sé bien lo que quiero, incluso de ella, y no
pienso más que en ella.
Tengo una gran distracción animada.
Cuando deseo encontrarla
casi prefiero no encontrarla,
Para no tener que dejarla luego.
No sé bien lo que quiero, ni quiero saber lo que
quiero. Quiero tan solo
Pensar en ella.
Nada le pido a nadie, ni a ella, sino pensar.

Una carta de amor

Todo lo que de vos quisiera
es tan poco en el fondo
porque en el fondo es todo,

como un perro que pasa, una colina,
esas cosas de nada, cotidianas,
espiga y cabellera y dos terrones,
el olor de tu cuerpo,
lo que decís de cualquier cosa,
conmigo o contra mía,

todo eso es tan poco,
yo lo quiero de vos porque te quiero.

Que mires más allá de mí,
que me ames con violenta prescindencia
del mañana, que el grito
de tu entrega se estrelle
en la cara de un jefe de oficina,

y que el placer que juntos inventamos
sea otro signo de la libertad.


Julio Cortazar

Extrañarte, pensarte


Extrañar(te) me hace bien, me hace pensar(te), imaginar(te); dialogar con mi cabeza sobre qué decir, que vas a responder y como se va a desarrollar la conversación, el día y la vida. Me hace pensar en tu cuerpo, en tu sonrisa y en la música de tus labios la cual creo yo solo puedo interpretar. Te escucho en cada canción que pongo y me hace querer seguir caminando para notar lo raro que se siente deambular sin mirar al costado.

Se que es raro entenderme; pero hay momentos en donde extrañar es tan necesario como respirar. No importa adonde o en donde este, siempre estoy pensando en vos. Siempre. Siempre extrañándote.

Sufro tu ausencia. Y a partir de ese sufrimiento es que después disfruto todo el tiempo en el que se, que estarás conmigo. Incluso, desde que ella, la ausencia, se interpuso entre nosotros, no he encontrado figura comparable. Tenemos unos resortes secretos en el corazón que, movidos por algún objeto, presente o ausente, que se muestra ante nuestra imaginación (¿O debería decir conciencia?), impulsan nuestra alma con tanta fuerza hacia ese objeto que su ausencia se vuelve insoportable.

Me puse a consolarla, a ella; a buscar razones que la explicaran, a ofrecer argumentos y pruebas. Hay en el mundo demasiados artistas de la palabra, demasiados adoradores de la forma, demasiados espíritus vacíos que solo a la ley de las proporciones saben obedecer, y yo no quiero ser uno de tantos habladores que, en tanto que llenan de palabras sonoras el ámbito en que se mueven, son radicalmente incapaces de realizar lo que mas falta hace en el mundo: Ejecutar, realizar, accionar. Vivir.

Ni la ausencia ni el tiempo son nada cuando se ama.




¿En qué hondonada esconderé mi alma para que no vea tu ausencia que como un sol terrible, sin ocaso, brilla definitiva y despiadada?
Tu ausencia me rodea como la cuerda a la garganta, el mar al que se hunde.

Jorge Luis Borges