El Intocable

Nacer, crecer, reproducirse y morir.

Cuatro acciones cuatro definen toda nuestra existencia llevada a la máxima abstracción posible.

Todo acontece en ese instante llamado vida y de golpe, todo se apaga, todo se consume y se acaba. Y no hay desfile. No hay discurso, ni multitudes; no hubo banda de sonido, ni palabras que intenten calmar ese vacío que todos, algún día dejaremos en alguien.
Nunca entendí el simbolismo de tirar tierra. ¿Cada persona lo hará con la misma finalidad? Se que se supone que es un momento para dejar ir, para olvidar. Pero el amor no se olvida. Me siento incapaz de olvidar los momentos que compartimos juntos.

¿Qué se supone que pueda escribir que me haga sentir mejor? ¿Cómo se supone que puedo sentir dolor cuando el mundo me pone a prueba todos los días? Es cierto que jamás tuve sensibilidad para esas/tas cosas, pero quiero creer que, en mismas proporciones, el mundo no me ha dado oportunidades para hacer una prueba fehaciente de lo que puedo llegar a ser capaz.

Yo creo en un alma inmortal. La ciencia ha demostrado que nada se desintegra en la nada. La vida y el alma, por lo tanto, no puede desintegrarse en la nada. Quiero creer. Necesito creer. Quiero creer que estas por acá, en la briza que entra por mi ventana; en el rayo de sol que aparece desconcertante de la lluvia al cruzar la nueve de julio; que incluso ese mismo día, tu día, tu último día, apareció un micro lleno de gente vestida de roja. Quiero creer que ahora si, podes hacer honor a tu nombre.

La muerte espera al más valiente, al más rico, al más bello. Pero los iguala al más cobarde, al más pobre, al más feo, no en el simple hecho de morir, ni siquiera en la conciencia de la muerte, sino en la ignorancia de la muerte. Sabemos que un día vendrá, pero nunca sabemos lo que es.

Espero que, sea lo que sea, la estés disfrutando a tu modo y que siempre estés en ese lugar que te corresponde: Mas allá del bien y del mal...

Debo enfrentar mi destino


Si hay algo que si tengo que agradecerle a mis viejos es que nunca me obligaron a estudiar alguna carrera en particular.

Entonces, ¿Por qué me cuesta tanto tomar la determinación a hacer algo que puede ser lo que verdaderamente estoy buscando? ¿Es miedo? ¿Mi inseguridad? ¿Incertidumbre? Osea, ¿Hacia donde me trajo el destino ahora, hoy? ¿Y me es suficiente?

Se que soy fácil. Debo admitir que me compró desde el primer momento en el que dijo pensa distinto; y, aunque intenté ser imparcial, varias certezas a medida que pasaban los minutos me hicieron pensar que por primera vez, estoy por empezar un camino correcto.

Entonces, ¿Qué no me termina de cerrar? ¿Qué duda aún navega por mi miedo abierto?

Siempre dicen que los cambios no se deben consultar con nadie. Solo cinco personas lo saben y si bien todos entraron en shock cuando abrí mi boca, a todas les pude demostrar, con argumentos válidos, como la desición parece la correcta; por lo que tengo que empezar a creer (además de en mi mismo) que hay mas vida de la que yo creo que hay. Todo el mundo busca la felicidad, Y hay un medio seguro para encontrarla. Consiste en controlar nuestros pensamientos. La felicidad no depende de condiciones externas, depende de condiciones internas.

¿Será entonces que me tengo que dejar guiar por esta corazonada que siento?

Estoy por tomar una detemimacion mas que importante; mas que, conociendome esta es una de esas cosas que te define, que no hay vuelta atrás. Es como cuando te dan a elegir un instrumento y seleccionas la batería: te den lo que te den, sabes que eso es lo que vos queres y no hay manera que te hagan cambiar. Vivir, es asombrarse de estar en el mundo, sentirse extraño, llenarse de angustia ante la contingencia de dejar de ser, comprender la constante probabilidad de extraviarse, la necesidad de hacer amigos entre nuestros con seres, la contingencia de que sean enemigos, y estar alerta a lo genuino y a lo espurreo, a la verdad y al error.

Y ya no me asombro tan facilmente como antes...

¿Habré venido YA sabiendo que iba a decir que si?

tincho.- on iPod

Silencios

Hemos pasado horas enteras en silencio. Sin decirnos una sola palabra, pero sin sentir un vacío entre nosotros. Y a eso llamo yo afecto, ¿entendés? A esa plenitud tranquila, que sólo siente uno... con el otro.

¿Nos estaremos hablando sin palabras? ¿Con el simple galopar del corazón?

No. No es que le falte el sonido, es que tiene el silencio. El silencio de mirarte cuando cierro los ojos. El silencio de mis sueños que no dejan de pensarte. El cosquilleo que recuerdo de tus suaves dedos sobre mi pierna. El silencio contiguo de querer decirnos de todo, sin decirnos nada. El silencio de mis suspiros que ya no existen; que ya no salen...

Lo mejor de recordar es que puedo regresar cuando lo deseo; nadie (me) puede robar o impedir eso. Quizá, lo que más me impacta es que, siempre que vuelvo, el recuerdo es diferente. Y si el recuerdo es diferente, yo también lo soy.

Hace días que vengo intentando escribir. Debo admitir que ha pasado bastante tiempo desde la última vez que escribí y eso me genera cierta ansiedad y necesidad, en iguales proporciones. He intentado leer otros libros, escuchar otras canciones, pensar en otros futuros, soñar con esas cosas que no quiero esperar, mirar en todas las direcciones posibles al punto de conseguir un profundo y permanente dolor muscular. Creí, que con toda esa inspiración, las palabras aparecerían solas, pero no fue así; basta sólo con pensarte para que mis manos se automaticen y quieran plasmar lo que siento. Imaginé, que tenía que salir a caminar por la lluvia; esa lluvia que es nuestra única compañía silenciosa. Que nos une, que nos enamora; pero lo único que conseguí fue un simple resfriado, que aún hoy me recuerda que debería de escribir mas impulsivamente, con emoción, corazón y menos mente. Aunque prefiero pensarte en silencio -ese silencio que te ensordece-, mirando pasar el mundo por la ventana de mi escritorio.

Trato de no pensar en vos, pero nada me sale como quiero. Por eso es que te necesito envuelta en mis brazos. Por eso el resto del tiempo, lo dedico a sueños inconfesables.

Por ejemplo... A veces, estando conmigo a solas, con tus manos entre las mías... como ahora, como antes... juro que el mundo se paraliza...