Simetría


Había una famosa propaganda que comenzaba enumerando los límites conocidos por el hombre: Fin y principio, descanso y agite. Nacemos, vivimos y morimos en una sociedad binaria; de momento en el que aprendemos a hablar, nuestras primeras dos palabras marcan una clara diferencia entre ellas: Mama, papa; el segundo grupo de palabras es aún peor: Si, No. Es hora de que se sepa; quizá la mayoría de la gente llegue a este blog por culpa de esta frase, pero no existen los dioses; a estos se los inventó en tiempos antigüos para reflejar la primera y gran diyuntiva que existía entre su insignificante vida: El día y la noche.
Vivimos en una sociedad binaria, pensamos de a pares y de hecho, mucha gente considera que lo impar es inmoral e irregular (Basta citar el caso extremo de Monk). Entonces, ¿Por qué esta mal cuando pensamos de una u otra manera? ¿Por qué deberían de existir los grises en los pensamientos?
No estamos preparados, educados para pensar de otra manera, por eso generalmente la gente que rompe los moldes es porque intenta comprobar la existencia de cierto límite. Límite mental. Límite que se nos impone desde que nacemos y que pocos tienen el coraje de romper. La sociedad te lleva a quedarte dentro de esos límites, de esos estándares que se nos imponen y que nos hacen infelices.
Pero la sociedad está cambiando, el mundo esta cambiando. Siempre se ha creído que existe algo que se llama destino, pero siempre se ha creído también que hay otra cosa que se llama albedrío. ¿Y como entonces vivir sosteniendo el ideal del destino o de la propia libertad? ¿Sería hoy yo mismo si hubiera cambiado una desición anterior en mi vida? Cuantas veces imaginamos un futuro-presente-imaginario en base a nuestras experiencias vividas, sin saber si la acumulación de desiciones nos hubiera depositado en el mismo lugar desde donde hoy, somos capaces de meditar sobre un futuro que no existe pero que parece mejor.

Sin embargo, mientras escucho lo que queda de música y miro la foto que alguien colgó en un lugar donde siempre hubo blanco, no puedo dejar de ver nuestra sonrisa y pensar en ese momento y en las nubes que, de fondo, marcaron el momento.

Tu sonrisa, mi sonrisa. La simetría. La perfección

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