Misma historia, diferentes miradas...

Porqué son necesarias esas películas sobre desengaños? Será por esa necesidad que tiene el ser humano de sentirse menos solo? Sabiendo que, en algún lugar del mundo hay otra persona llorando despechada sintiendo el mismo vacío en su interior?

Hace no mucho tiempo atrás, leí una de esas preguntas retóricas que se queda dando vueltas por la cabeza a pesar de los días: ¿Qué es mejor, quien después de un pésimo día te da consejos o quien se limita a darte un abrazo silencioso? Siempre tendemos a ver las cosas desde diferentes perspectivas según la situación, momento y edad; uno tiende a pasar una gran parte de la vida pensando e imaginando como sería la vida si uno hubiera tomado una decisión diferente de la forma en la que actuó ante una situación adversa. Sueña, y la imagina de manera en que en nuestra mente es perfecta y sencilla a la vez. ¿Existe la perfección? Los enamorados dirán que sí sin titubear y los que están en la dicha de no saber que depara su destino, se preguntarán donde existe esa persona que no es, pero que si la dejan, puede ser su media naranja.
Imagino que todos queremos creer que todo lo que hacemos es (muy) importante; que las personas escuchan cada una de nuestras palabras porque les importa lo que pensamos. Pero la verdad es esta: hay que considerarse afortunado si en cada ocasión uno logra que cada uno de los otros, cualquiera, al menos, se sienta un poco mejor, un poco escuchado. Después de todo, lo importante son las personas que dejamos ingresar a nuestra vida y, llegado el caso, como y, porque, las dejamos salir...
Aún recuerdo cuando, cómo y donde vi esta película. Lo recuerdo como si fuera ayer; por cuestiones que no voy a rememorar ni en este momento ni en este blog (ni nos competen), un amigo me aconsejó verla con una simple frase: "Mirala, te cambia la vida". Y cuanta razón tenía. Y cuanto agradecimiento aún le debo...
Yo por esas épocas era medio escéptico a las películas extranjeras, pero debo decir que también fue el puntapié inicial para abrir el abanico de países a los cuales prestarles atención en lo que respecta al cine.
Italia siempre se la consideró como fuente de inspiración amorosa, no se porqué siempre asocié Venecia, Florencia y un montón de pasajes turísticos italianos como románticos; y, a mi criterio, a partir de Il Postino la presencia del amor en las películas italianas siempre rindió sus buenos frutos. El último beso, fue sin dudas el puntapié inicial a una extensa lista de películas basadas en el amor y el desengaño: Ricordati di me (2003), Manuale d'amore 2 (2007), Todos Tenemos un Ex (2009) y la reciente Cosa Voglio di piú (2010) como el último caballito de batalla (Recomiendo además Pan y Tulipanes del mismo director y misma sintonia) reafirman la idea de que los italianos saben como tratar cuestiones amorosas y disyuntivas (?) existenciales.
Al menos en lo que respecta a esta crítica, olvídense del cine estadounidense. Imaginen películas reales, palpables, libre de prejuicios y restricciones sin la necesidad de caer en una cara bonita para que sea comercialmente atractiva. Escenas con alto contenido emocional, crudo e irónico, en las que uno se le eriza la piel al recordar el momento en primera persona. ¿La idea? Simple: Un hombre y la duda universal en la aclamada (?) crisis de los 30: ¿Hago un viaje de inmaduro con mi grupo de amigos o me caso con las responsabilidades que ello conlleva? Los vaivenes de cada decisión y el posible desenlace marcados por la imperiosa necesidad de no resignar ningún plan por miedo a lo que pueda pasar. O no.
Como toda historia de amor, la misma tiene varios personajes con quien sentirse identificado según la situación amorosa que atravesemos y desde que perspectiva la miremos: Cinco amigos. Cinco inadaptados con los mismos estereotipos de siempre: El que se casa, al que engañaron, el que está enamorado, el que sale con todas y el que se queja de todo, y de todos. Y en el medio, "uno" que no sabe que hacer, que decír y que una noticia de esas que te cambian la vida golpea la puerta de tu futuro y dice "It is done, my lord!" y de golpe sentís que todo ya está predestinado y premeditado.
Dicen que aconsejar es una acción media extraña. Muchas veces nos es mas fácil aconsejar que tomar consejos de otros. Otras veces, nos es mas fácil decirle al otro que hacer pero que, llegado el caso de estar en la misma situación, haríamos exactamente lo contrario a lo que nosotros mismos estamos aconsejando. ¿Por qué? Y ese es, aunque no lo parezca el mensaje de la película. ¿Cuantas veces nos colocamos en la situación del otro antes de aconsejar? Cuantas veces damos un consejo que no tomaríamos si nosotros mismos lo estuviéramos recibiendo? Hay decisiones que no comprendemos, que escapan a nuestra realidad, a nuestros sentimientos y mente. Sin preguntar las razones de porque cada uno la/s toma, sabiendo incluso las consecuencias en el preciso momento, ahí cuando ya la decisión está tomada y ejecutada, no deja deida hacerse presente la nostalgia de los últimos años y todos los momentos vividos y porqué no, las cosas perdidas.
A esto me refiero con dar consejos


¿Cuantas veces escuchamos un efusivo "lo mato" sobre una situación parecida? ¿Cuantas exclamamos un "me muero" una vez sembrada la semilla de la duda en nuestros corazones? El problema está en pensar con el corazón y sentir con la cabeza; dejarnos guiar por el sinfín de emociones paralizantes que se generan ante una nueva sensación de felicidad o ante la inquietante frustración de sentir que la vida se nos fue. Una vida no alcanza para hacer todas las cosas que queremos y nadie está exento de equivocarse, de tomar el mal camino hasta lo desconocido, el camino mas largo hacia lo intrépido, motivados por la adrenalina que nos genera eso que nos hace sentir bien, sin saber la razón pero que se convierte en una droga, encegecedora de toda conciencia y sabiduría. A veces, hay que buscar el lado positivo y agradable de las cosas, de las personas o de los momentos. Aún de las situaciones más complicadas y dolorosas. Es una disciplina que creo, ayuda a pasar más fácilmente los momentos difíciles, y a convertir los problemas en oportunidades.
Un viejo filósofo decía, que la pasión dura seis meses y que el amor, tres años; después es cuando uno se acostumbra a pasar todo el día trabajando, aburrido. Y se cansa. Y se deprime. Y siente que no tiene que esperar mas nada de la otra persona. Y ahí es cuando se producen los dos mayores dilemas conocidos: Uno quiere las cosas, cuando ya no las tiene; y, nadie está exento de estar en el lugar del otro...
El futuro es lo que uno quiere que sea y hoy, yo quiero que sea otra cosa, alguna otra cosa. El futuro es saber mirar las cosas desde otro lugar y actuar, bajo la perspectiva del otro, siendo nosotros el objeto de las represalias. El problema, como dije antes, radica en saber que uno puede actuar de una forma hoy, y de otra forma mañana, a pesar de lo que el consejo del otro, nos diga qué debemos hacer.

2 Sentimientos

Centaurea dijo...

Me gustó mucho la nota! Cómo se llama la película del video?
Besos

Mr. X dijo...

El video y el texto es sobre la película El ultimo beso (Italiana). Saludos y gracias por la visita...