Somos los mismos de siempre

Se puede organizar un viaje con anticipación, administrar los recursos de logística, buscar referencias y recomendaciones para el hospedaje y, sin embargo, todo puede fallar. A semanas del acontecimiento, los vehículos pueden tener problemas para abandonar la ciudad, el hotel puede tener problemas con las habitaciones e incluso los viajeros pueden tener un momento de resignación y querer suspender el viaje como consecuencia de los últimos acontecimientos.
Sin embargo, cuando el micro arranca, todos los problemas, todas las historias y dudas quedan alejadas, como en un freezer eterno que nada las despiertan.
Todo viaje es una excusa y toda excusa sirve para realizar un viajar. Un simple recital, un fin de semana largo o simplemente millas ganadas por abonar con alguna tarjeta de crédito. Hasta cierto punto, el fin que nos dispone viajar ya ha pasado a ser, desde hace algunas épocas, una mera excusa para reunirnos y disfrutar de eso que nos hace felices, de eso que nos remonta a un momento extraño y hermoso del pasado lejano.
Quizá sea una excusa para reírnos de nosotros mismos; quizá, simplemente es una mera excusa para poder finalizar el año y reír, a pesar de saber que todos los problemas seguirán el año que viene pero al menos sabemos que nos tenemos los unos a los otros.
Pero no importa que las cosas sigan su curso, mientras al menos por dos horas, podamos sentir que somos y seremos, los mismos de siempre....

Si quieres comprender la palabra felicidad, tienes que entenderla como recompensa y no como fin.
Antoine De Saint Exupery

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