I'm sitting up writing down


Hace no mucho, solía abrir esta página, me sentaba con las manos sobre el teclado, sin ideas, esperando que ellas salieran automáticamente de mi cerebro. Como terapia sin un fin en particular. Sin pensar el tema, sino escribir lo primero que viniera a mi mente. De esta forma, han salido buenos textos siempre con alguna motivación de fondo, a veces consciente, a veces sin saber que mierda pasaba en mi interior, pero que ni bien se colocasen las manos arriba del mágico artefacto, sería suficiente para que yo pudiera plasmar el terremoto que sucedía en mi interior.
Últimamente se ha perdido eso en mi, por varias razones que ahora no me voy a poner a analizar, mis textos se han vuelto mas estructurados, premeditados y no por eso mas sofisticados.
No es que haya cosas que no las quiera decir, sino que a veces hasta yo no se como expresar lo que siento; pero definitivamente, me siento a escribir pensando en vos, o pienso en vos mientras escribo, y me agarra la inspiración.

Me encantas y te extraño. Y cuando te extraño me encantas mas. Y cuando te veo me encantas mas porque te veo y te abrazo por todo el tiempo que pasó, ese tiempo que pareció eterno, extrañándote.
El tiempo con vos parece un segundo, y el tiempo sin verte, o hablarte o entre mensaje, parece eterno. Y un abrazo parece un big Bang de creación de emociones que se generan por la fuerza de cada uno de nosotros y yo, que no quiero despegarme.
A veces tengo miedo de expresarme mejor literariamente que con acciones. Otras veces recuerdo que a veces un simple regalo o una simple flor, puede ser mas efectivo que mil palabras, que mil besos, porque simplemente se asocian al hecho de saber que la otra persona pensó en vos (osea en el otro), en algún momento del día, en algún lugar del mundo. El problema es cuando eso sucede todo el tiempo y no es empalagoso. El problema es cuando eso sucede y se sabe que falta mucho para que otra cosa extraña como la de ayer sucedan. El problema es cuando esto sucede ahora. El problema es cuando no es un problema, sino una satisfacción. Que hablemos de todo y de todos, que hablemos de nada y de cosas banales. De hacer cosas, de programar, de caminar. De disfrutar de una simple canción en silencio mirando la luna; de disfrutar de la ciudad que vive a pesar de nosotros desde una ventana en un sexto piso, o de la oscuridad de la habitación. El problema es cuando generas todo eso en mi, y yo no tengo defensa, ni filtro ni reacción ni coraza.

El problema es que no quiero tenerlo. El problema es que disfruto de no hacerlo.

El problema es cuando me siento mejor sabiendo que existís, que no te inventé; que puedo irme a dormir feliz porque se que en algún lugar estas y respiras. Y me entendés. Y me comprendes. El problema es cuando se habla de todo, se dice, se siente y se escucha lo que es y eso que es, es lo que se siente. Sin miedos. El problema es cuando se generan esos sentimientos sin riendas, esos sentimientos que te hacen creer que nada mas importa. Es el sentimiento que te eleva mas allá de la destrucción pasada. Ese que a pesar de haber cerrado las vías directas al corazón te empuja ciegamente, solo iluminado por la belleza de la luz en tus ojos, a volver a abrirlos. El miedo se convierte en motor de un sinfín de pensamientos, sueños y porque no, flasheadas.

El problema es cuando esa naturalidad nos lleva a comportarnos como somos. Conocerás al verdadero yo, el que pocas personas conocen y quizá, que no conocen todas sus facetas, te dejaré (Como si ya no lo hubieras hecho y, sin pedir permiso) entrar por la pequeña puerta que nadie o pocos han encontrado.

No puedo dejar de sentirte, de pensarte, de olerte en mis manos, en mi cuello a pesar de haberme bañado.
No puedo dejar de cerrar los ojos e imaginar tu sonrisa. Demonios, no puedo trabajar ni pensar, ni hacer, ni caminar.
No hay canción que no te asocie, no hay pensamiento que no quiera decirte. No hay momento en el que no quiera tocarte y sentir que existís.

¿Existís, o sos una invención de un sueño bien recordado?

¿Y no basta con abrir los ojos y mirar para convencernos de que la realidad es, en realidad, el más auténtico de los milagros?
Oliverio Girondo

1 Sentimientos

Julieta Capristo dijo...

Me encanta leer tanto amor!

Me alegra, muy mucho.
¡Cuánto encantamiento!