Extraño Descubrimiento

Cuando estudiaba portugués, el profesor X solía tener una expresión denominada falsos amigos con la que nombraba las palabras que en español significan una cosa y en portugués otra; esa expresión común, se utiliza para definir que no siempre una palabra puede y debe tener el significado que alguna vez haya sido impuesto sobre la misma. Las palabras pueden tener mas de un significado y eso, de seguro, no lo voy a analizar ahora. Lo mismo me pasó cuando quise intentar conjugar el verbo extrañar: Yo extraño, tu extrañas, él extraña, etc. Me gusta mucho decir que me siento extraño cuando hay un sentimiento adentro mío que aún no logro descifrar en este imperfecto aparato sentimental que poseo. Sentirme extraño no significa necesariamente sentirme mal, hay veces en donde no logro entender todo lo que me sucede y me quedo intentando absorber lo que sucede a mi alrededor y ese análisis me deja con un sabor extraño de completud. Otras veces, me siento agotado por el stress que se genera con la intensidad de la vida y el pensar todas las cosas que escapan a mi control, conocimiento y disfrute hacen que sienta lo extraño e insignificantes que somos en este mundo; y, pocas veces, una simple mirada, una simple palabra, sonrisa, coincidencia, señal o momento, me hacen pensar en lo extraño de los acontecimientos, el azar y la suerte.
Entonces, me pregunto ¿Qué significa sentirse extraño y cómo concuerda el sentirse extraño con extrañar? ¿Son falsos amigos o fue simplemente una expresión que se empezó a utilizar y ahora se socializó? ¿Sentirse extraño significa extrañar? ¿Sentirse mal? ¿Porqué el extrañar tiene que ser un sentimiento negativo?
El mundo puede ser tranquilamente una cosa y de un día para el otro, se puede convertir en otra maravillosa gracias a un descubrimiento no premeditado; descubrimientos que pueden hacer que de repente uno se encuentre con distintas realidades, con distintas formas de ver las cosas y de percibir el mundo desde otra perspectiva.
No se trata de comparar las realidades actuales a las vividas anteriormente, sino por el contrario escapar de la absurda comparación, pararse al costado e intentar entender los cambios de ritmos que se viven con una velocidad supersónica pero a la vez imperceptible.
Creo de hecho que ningún descubrimiento se haría, si nos contentáramos con lo que sabemos, por lo que estamos en constante movimiento, en la búsqueda de lo que nos parece extraño, por el simple hecho de necesitar conocerlo, entenderlo y comprenderlo. Pero ¿Qué pasa cuando se encuentra algo que ya se conoce?

La frase más excitante que se puede oír en ciencia, la que anuncia nuevos descubrimientos, no es ¡Eureka! (¡Lo encontré!) sino es extraño...
Isaac Asimov

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