¿Donda está mi elefante?

Desde hace varias semanas que mi cabeza parece un desfile orgulloso de ideas. Probablemente por eso será que no consigo unir dos palabras para sentarme a escribir desde la última vez; caminar y hablar disfrutando de la compañia de alguien o simplemente pensar y respirar, tomar una gran bocanada de aire, como suele decir un amigo en la oficina. Lo único que logro entender de todo este torrent de ideas es una de las mejores frases de la historia de los simpsons, que se puede aplicar a mil ideas pero que quizá, a esta altura del everest solo tenga un destinatario: ¿Dónde está mi elefante? Es lo unico que tengo en claro que es lo que quiero y en lo que me consume el mayor de mis pensamientos. Ni mis sueños son concretos: dan vueltas, sobre cosas inexplicables que no le atribuyo ninguno de los posibles análisis. Entre toda esa locura de ideas se me vino a la cabeza esa pregunta que suele suceder cuando uno siente que la poca energía que tiene, es consumida en su totalidad en el horario laboral. Antes salia con ganas de hacer cosas, de querer usar el tiempo, de necesitar cambiar el mundo. Quizá, el hecho de hacer muchas cosas durante mucho tiempo, y tener la semana organizada en mil actividades (Eso me hace acordar a una propaganda de shampoo muy vieja) hace que el hecho de tener tiempo al pedo parezca que tengo mucho tiempo para hacer las cosas, pero que no hago nada.
También es cierto que el stress y la concentración que ultimamente estoy teniendo en el trabajo (Y, que no necesariamente se ajusta a la relación costo-beneficio) hacen que mi cabeza no sirva para otra cosa mas que para trabajar.
Es asi: Mi dia queda reducido a pequeños nadas o un monton de pocos sin que logros aparentes.
¿El amor me ahoga? ¿El trabajo me asfixia? ¿Mi vagancia reina a libre voluntad o simplemente no encuentra quien le haga frente? ¿Mi motivación colgó los botines o emigró a mejores futuros?

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