La chispa adecuada

Como siempre, estas situaciones me hacen llorar por las razones equivocadas. El aire, que contagia las lágrimas más que las palabras propias del emisor y su enorme carga emocional, me dejan en un estado de trascendencia del cual, aunque quisiera, no podría escapar. Me estremece pensar que estas cosas sean parte de la vida de la humanidad, que tanta inconsciencia (porque no hay otra palabra para definir semejante y, atroz acto) de una persona, sea producto del dolor de tantos. Se generan cosas positivas, se sabe; genera que mucha gente piense en todas esas cosas que no vemos y sin embargo existen. Muchos de esos otros tantos, lo toman como un camino para empezar a luchar, a seguir sin perder esas vagas esperanzas de que queda algo bueno por que seguir luchando todas las mañanas; a muchos otros los vence el dolor de una de las situaciones mas adversas y alineales de la naturaleza humana; otros, que alejados pero conscientes de la gravedad del asunto, nos emociona y nos hace pensar en que el destino, fiel a su deseoso azar incontrolable, nos puede regalar un infierno viviente. Por último, el grupo restante, directamente no conocen palabras para poder expresar lo que sienten, solo lágrimas, de las mas reales y sinceras de compartir el dolor de muchos.
Cuales son las razones por las cuales yo lloro, y volviendo al tema, se podría decir que es por mi maldita manía de ponerme en el lugar del otro; de saber que yo estaría totalmente devastado por semejante situación; lloro porque veo el futuro de muchos perdido en algo tan irrisorio que se me hace imposible hacerlo tangible en palabras; lloro porque aunque no quisiera llorar, el aire emana esa chispa necesaria para encender el motor del llanto. Como explicar la impotencia y la bronca que sentimos por todas muertes tan injustas que suceden dia a dia.
El dolor y vacío que siento en el pecho, más allá de estas lágrimas, es una mezcla de eso, de bronca y de impotencia.

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